La eficiencia energética se ha convertido en un factor clave al momento de elegir electrodomésticos, y los frigoríficos no son la excepción. Como uno de los aparatos que más energía consume en el hogar, elegir una nevera eficiente reduce tu factura de la luz y tiene un impacto positivo en el medio ambiente.
Por eso, en este artículo te ayudará a entender cómo seleccionar el frigorífico adecuado y cómo aprovechar al máximo su eficiencia energética.
La eficiencia energética en los frigoríficos se refiere a la cantidad de energía que consume el electrodoméstico en relación con su rendimiento, es decir, su capacidad para mantener los alimentos frescos y congelados.
Una nevera eficiente utiliza menos electricidad para realizar la misma función que una que no lo es, lo que se traduce en un ahorro de energía y, por ende, un descenso en el coste de la factura eléctrica.
Además, los frigoríficos eficientes están diseñados con materiales y tecnologías que optimizan su funcionamiento: sistemas de aislamiento avanzado, motores de bajo consumo y tecnologías de regulación de temperatura que ajustan de manera óptima el funcionamiento del aparato según las condiciones del entorno.
La clasificación energética de los frigoríficos es un sistema estándar utilizado para medir la eficiencia de estos electrodomésticos. Los frigoríficos se etiquetan con una escala que va de A a G, donde A representa el modelo más eficiente y G el menos eficiente.
A partir de marzo de 2021, la etiqueta energética de los frigoríficos fue actualizada, eliminando las antiguas categorías como A++ y A+++, que ya no se utilizan.
Ahora, la clasificación se basa en una escala más simple, en la que la A es la más eficiente, pero aún no se ha asignado ningún frigorífico con esta etiqueta, dejando espacio para futuras mejoras en la eficiencia.
A continuación, te detallamos las distintas clasificaciones:
De esta forma, un frigorífico de clase A podría consumir un 30% menos energía que uno de clase E. Si la diferencia de precio entre ambos es de solo 50€, el ahorro anual en electricidad podría superar esa diferencia en menos de dos años.
Las etiquetas energéticas no solo te permiten identificar los frigoríficos más eficientes, sino también te ayudan a calcular el ahorro a largo plazo.
Cuando adquieres un frigorífico con una clasificación A o B, no solo mejoras la eficiencia energética, sino que también contribuyes al cuidado del medio ambiente al reducir la huella de carbono asociada a su uso.
Algunas claves para seleccionar el mejor frigorífico en términos de ahorro energético:
El tamaño de tu frigorífico debe ajustarse a tus necesidades. Cuanto más grande sea el aparato, más energía consumirá, aunque sea eficiente. Por eso, es importante elegir un frigorífico proporcionado al número de personas que viven en tu hogar y al tipo de alimentos que sueles almacenar.
Por ejemplo, si vives solo o en pareja, un frigorífico de 200 a 250 litros puede ser suficiente. En cambio, para una familia numerosa, un frigorífico de 400 litros o más será más adecuado, aunque debe ser elegido con una baja clasificación energética para evitar un alto consumo.
Los frigoríficos con tecnología No Frost (sin escarcha) son muy eficaces para mantener una temperatura constante en su interior. Esta tecnología previene la formación de hielo en el congelador y, por lo tanto, elimina la necesidad de descongelar el aparato manualmente.
El No Frost también ayuda a que el aparato sea más eficiente, ya que evita el sobrecalentamiento de la resistencia que usan los modelos sin esta tecnología, lo que reduce el consumo de energía.
Los frigoríficos con motor inverter son una excelente opción si buscas eficiencia energética. Este tipo de motor ajusta la velocidad de compresión de manera continua según las necesidades de refrigeración del frigorífico, lo que optimiza el consumo de energía.
A diferencia de los motores tradicionales, que funcionan a velocidad constante, los motores inverter ajustan su rendimiento en función de la temperatura interior, lo que reduce el consumo de energía y extiende la vida útil del aparato.
Un frigorífico con motor inverter puede consumir hasta un 50% menos energía que un modelo con motor tradicional, incluso si ambos tienen la misma capacidad.
El lugar donde instales tu frigorífico influye significativamente en su rendimiento energético. Evita colocar el frigorífico cerca de fuentes de calor como el horno, el radiador o la ventana con luz solar directa. La temperatura ambiente afecta la eficiencia del aparato, ya que si el entorno es demasiado cálido, el frigorífico tendrá que trabajar más para mantener la temperatura interna.
Deja al menos 5 cm de espacio en la parte posterior y los lados para que el aire circule correctamente. Este espacio adicional ayuda a mejorar la ventilación y reduce el esfuerzo del compresor, lo que ahorra energía.
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